Mariano Vara

En palabras de Mariano

Nací en Puebla de Almenara, pequeño pueblo de la provincia de Cuenca sembrado de trigales, unos cuantos viñedos y otros pocos olivos. Todo ello era parte básica de la economía de subsistencia de susmoradores. A los ocho o nueve años me llevaron a vivir a Xátiva, quizá la más bella ciudad de la provincia valenciana, que yo, siempre, he considerado el mío, mi pueblo. Allí conocí a gentes que todavía conservo en el capitulo, siempre importante, de la amistad.

También allá fue donde comencé a saborear el verdadero valor de los libros al hacerme socio de la biblioteca municipal. En ese pequeño reducto, comandado por doña Lidia, hija del historiador Carlos Sarthou Carreres, vejete de barba blanca y eterno sombrero, conocí a Asterix y a Tintín, los primeros personajes que me hicieron viajar y vivir mil vidas en una. También allí pedí prestado mi primer libro "gordo": una novela titulada "¿Quo Vadis?, que me encantó, tal vez por aquello de los pobres cristianos frente a los romanos. Unos romanos que, en otro país llamado "Las Galias", siempre eran vencidos por el galo Asterix y su inseparable Obelix.

Es decir, que la Literatura, así, con mayúscula, se convirtió en algo divertido a través de la cual puede uno vivir mil vidas sin salir de una habitación llamada biblioteca, salón, dormitorio o, incluso, a la sombra de un árbol.

Después, me llevaron a vivir a Valencia. En la capital regional concluí mis estudios de Bachillerato. También en esa ciudad estudié Arte Dramático y, junto a tres amigos, monté un grupo de teatro que actuó por toda España y parte del extranjero. Lo peor fue que, junto a muchas alegrías, el grupo de cómicos me dio demasiados disgustos así que decidí abandonar para siempre las tablas. Comencé a estudiar Ciencias de la Información, en román paladino: Periodismo. Pensaba -ahora no- que periodismo era lo más cercano a la Literatura.

Mientras estudiaba periodismo empecé a colaborar con el diario "Jornada", que después fue cerrado y no precisamente por mi culpa. Posteriormente, pasé a colaborar en "Las Provincias". Finalicé la carrera e hice lo que algunos de vosotros habréis intentado alguna vez: aprobar unas oposiciones.

De repente, tras aprobarlas, me vi trabajando como redactor jefe en el centro territorial de TVE de Aragón, concretamente en Zaragoza. Allí viví ocho años, tiempo suficiente para amar la ciudad y a la comunidad aragonesa. También para casarme, aunque eso ya es otra historia que merecería todo un libro.

Por esas cosas del destino, voluntariamente buscado, pasé a la capital de todas las Españas, a la capital del "No pasarán" y allí sigo y vivo. Continué trabajando como periodista, pero en esta ocasión en los servicios informativos de fin de semana de Televisión Española: en el "Pirulí".

Demasiado temprano, y junto a un montón de compañeros, el ente rector mal decidió que era momento de hacer lo que, ahora, se llamaría un ERE. Y nos fuimos a casa con armas, sueldo y bagajes, a disponer de una prejubilación demasiado anticipada, bien pagada pero poco conveniente para nosotros y para los televidentes.

Todo lo anterior ha sido paralelo a mi actividad como autor. Pero no tenéis que confundiros: autores somos todos. Lo somos al escribir una carta hermosa, o cuando nos declaramos a un-a amigo-a, posiblemente, estemos haciendo la mejor literatura emocional, aunque sea de manera involuntaria.

He escrito bastantes relatos cortos, algunos de ellos de carácter antropológico, que han sido publicados en periódicos y revistas. Creo que mi afición a los viajes me ha proporcionado sinfín de vivencias que, luego, han sido importantes a la hora de escribir historias. Libros como "La diosa negra" o "Los derechos torcidos" son el resumen de andanzas literarias, pero también personales, que vienen a demostrar que los argumentos literario no solo constituyen el fruto de la imaginación.

Me gusta mezclar realidad y ficción en cualquier aventura -la novela siempre es una aventura- que, con frecuencia, refleja las costumbres de otros pueblos. Pero de todo ello, creo que será mejor que hablemos cuando estemos frente a frente, el día que nos veamos. Es la mejor forma de que nos conozcamos un poco mejor y sepamos, tú y yo, qué es lo que une de verdad al autor y al lector.

Hasta ese momento, recibe un cordial saludo.

En recuerdo de Mariano

El día 29 de julio, un hachazo invisible nos ha dejado sin nuestro hermano y amigo Mariano Vara. Gran persona, humanista, periodista y excelente escritor.

El bello Puebla de Almenara (Cuenca) recibió con alegría festiva a Mariano en 1955. Siendo niño se traslada con su familia a Xàtiva y posteriormente a Valencia; en aquellas ciudades se inicia, en su niñez y adolescencia, en la escritura de poesías, relatos y cuentos.

En Zaragoza entra, en plena juventud, por oposición a Televisión Española. Casi toda su vida ha formado parte de los Servicios Informativos de esa cadena, desempeñando diversos empleos: periodista, redactor, realizador…; primero, en la capital maña y, finalmente, en el “Telediario” de fin de semana en Madrid.

Mariano ha sido un gran divulgador de Miguel Hernández y queremos resaltar su excelente documental para TVE, informando sobre el Homenaje de 1992 en Huelva y Portugal a escritor oriolano y el primer documental del inicio de la Senda del poeta, dirigiendo la grabación acompañando a los caminantes. Ha hecho una gran promoción de los lugares hernandianos: Orihuela, Alacant, Madrid y Quesada. Y fruto de su investigación escribió con sencillez y rigor uno de los mejores libros biográficos sobre el poeta, “Tren de ida y vuelta”.

Otra de sus pasiones es la cultura popular valenciana: la pirotecnia y la Festa de Elx. Durante años bajaba, en agosto o en octubre, a la ciudad de las palmeras a ver y oír, el Misteri ilicitano y al mismo tiempo vivir con valentía y temor la Nit del Albá, recorriendo las calles rodeado de carretillas y pólvora. De todos es conocido la gran sensibilidad musical de Mariano que le permitió disfrutar de la Festa ilicitana. Es de los pocos privilegiados que le autorizaron para hacer dos magníficos documentales para TVE: “El Misteri de Elche”, grabando los dos actos de esta obra Patrimonio de la Unesco, y otro documental, “La trastienda de la Festa”, recorriendo su interior: tramoya, vestuario, preparación de los actores antes de la representación, maquillaje, ajustes de pelucas y ropa, calentamiento de voces… El final de su estancia por aquellas tierras era su activa participación en la cena santapolera de la Luna llena, evento anual que reunía a casi 4.000 comensales todos vestidos de blanco frente al Mare Nostrum.

Mariano ha escrito en la prensa y revistas (Jornada, Provincias, La Semana… decenas de artículos, relatos, poesía y cuentos. Obra recogida en Antologías, como la de Poetas de Xàtiva, y en libros de cuentos. Obtuvo un premio nacional de periodismo y con su libro La Kumari obtuvo el premio Altea de Literatura Infantil y Juvenil.

Desde siempre, ha escrito cuentos para jóvenes y adultos que fue presentando en numerosos centros educativos a lo largo de la geografía hispánica. Siempre con mensajes sobre la ecología, la paz, los derechos humanos, la solidaridad, el amor, la justicia… Su obra está atravesada por su ética, su pensamiento de izquierda y su alineamiento a los marginados, a los explotados. Participó en congresos sobre la diversidad educativa y deseamos recordar algunos de sus documentales informativos para TVE sobre la escuela inclusiva y colaborativa.

Muy implicado y activo en la recuperación de nuestra memoria histórica. Una buena aportación ha sido su documento audiovisual: “Homenaje a Marcos Ana, el último de los poetas republicanos”.

Queremos citar a continuación algunas de sus creaciones literarias dedicadas al lector infantil y juvenil: “La Kumari”, “El amigo que vino del mar”, “La puerta del infierno”, “Los derechos torcidos”, “La estrella fugaz”, “El lago de los recuerdos perdidos”, “Los hombres transparentes”, “Ladrona de tiempo”, “Vidas casi paralelas”, “El último tren a Xàtiva”, “La diosa negra” y “Tren de ida y vuelta”.

Mariano ha participado en numerosas tertulias literarias a los largo de la península, creando una red de amigos unidos por la literatura, la música o la amistad y el deseo de vivir con alegría y tolerancia.

Mariano comenzó siendo un buen hijo y nunca dejó de serlo. Hermano pequeño de sus hermanas y hermano mayor de sus sobrinos. Con sentido de humor y de amor. Tenía una profunda y particular visión de las cosas, de las personas, del arte, de la música, de la literatura, de la vida. Se ha llevado una parte de todos nosotros y nos ha dejado un vacío muy grande, pues siempre estaba ahí, a nuestro lado, implicándose en nuestra vida cotidiana. Su vida, su obra estará siempre en nuestros corazones, tu ética, tu pedagogía, tus diálogos abrieron nuestra mente, descubriendo un mundo nuevo, siempre estará con nosotros y tu legado perdurará en nuestros hijos. Te queremos y te echamos de menos.

Hermanas, sobrinos, familiares y amigos de Mariano Vara Porras

6 de septiembre de 2019

Tren de ida y vuelta

El amigo que vino del mar

Los derechos torcidos

La puerta del infierno

La diosa negra

La Kumari

La estrella fugaz

Palabras para el último viaje

Carlos Tundidor